PENSAMIENTO LOGICO

Definición de pensamiento y de lógica

El Pensamiento es el resultado de una forma peculiar de acción. Por lo general se pone en marcha esa acción ante una situación paralela en la que no hay una respuesta inmediata, pero que exige solución; el resultado de pensar es una situación individual más o menos innovadora a la situación concreta a la que se origina y producido por una mente que elabora la información sensible y construye representaciones más generales y abstractas que simbolizan y construyen a los objetos.

La Lógica es una ciencia formal y una rama de la Filosofía que estudia los principios de la demostración e inferencia válida. La palabra deriva del griego antiguo λογική (logike), que significa «dotado de razón, intelectual, dialéctico, argumentativo»,

Formas lógicas del pensamiento

La estructura del pensamiento, desde el punto de vista de su corrección es a lo que llamamos formas lógicas del pensamiento, dentro de las cuales podemos distinguir tres formas fundamentales:

  • El Concepto: reflejo en la conciencia del hombre de la esencia de los objetos o clases de objetos, de los nexos esenciales sometidos a ley de los fenómenos de la realidad objetiva.
  • Juicios: un juicio es el pensamiento en el que se afirma o niega algo.
  • Razonamiento: Es la forma de pensamiento mediante la cual se obtienen nuevos juicios a partir de otros ya conocidos.

Cuando estas formas lógicas del pensamiento se utilizan dentro la rama de las matemáticas para resolver ejercicios y problemas de una forma correcta, entonces hablamos de un pensamiento lógico matemático. En la educación este pensamiento comienza a formarse a partir de las primeras edades de los niños, cuando estos tienen que utilizar procedimientos como la comparación, clasificación, ordenamiento o seriación y otros para resolver problemas sencillos de la vida circundante; pero es la escuela y dentro de esta la enseñanza de las Matemáticas, la que más puede influir en que el alumno vaya desarrollando un pensamiento cada vez más lógico y creativo.

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Cómo hacer pudin de vainilla

El pudin de vainilla es un postre cremoso, dulce y muy suave, ideal para complementar comidas más pesadas o servir cuando tenemos invitados. Esta sencilla receta nos ofrece la posibilidad de variar algunos de sus ingredientes y elaborarla de múltiples sabores, como por ejemplo chocolate, manzana o galletas. img_como_hacer_pudin_de_vainilla_25601_600Ingredientes


  • 1/2 l de leche
  • 250 g de azúcar
  • 250 g de harina de maíz
  • 1/2 taza de agua
  • 1 yema de huevo
  • Vainilla en esencia o polvo

Instrucciones


    1. Para empezar a preparar el pudin de vainilla casero deberás mezclar en un recipiente la harina y el azúcar. Es recomendable que la harina esté tamizada para que, luego, se disuelva mejor. Luego, coge un cazo u olla e introduce la leche, el agua y la mezcla de harina y azúcar. Calienta a fuego medio y remueve de vez en cuando.

    2. Es muy importante que remuevas con frecuencia la mezcla para evitar que la leche se queme. Cuando empiece a hervir baja el fuego y añade la vainilla. Puedes utilizar esencia de vainilla, el formato en polvo o dos vainas, lo que más te guste. Asimismo, la cantidad es al gusto, nosotros utilizaremos una cucharada de esencia.

       

    3. Mientras se disuelven los ingredientes a fuego lento, bate la yema de huevo hasta que adquiera una textura espumosa y añádela a la mezcla. Deberás remover constantemente la masa del pudin de vainilla hasta que se espese por completo, puede que te lleve unos minutos.

    4. Cuando la mezcla se haya espesado y adquirido la consistencia adecuada, apaga el fuego y deja que se enfríe un poco. Si quedan algunos grumos, puedes batirla un poco con las varillas eléctricas, a velocidad baja puesto que no queremos que se torne líquida. Después, vierte la mezcla en los moldes e introdúcelos en el frigorífico, el pudin de vainilla es un postre que se sirve frío. Deberás dejarlo durante dos o tres horas para que cuaje.

       

    5. ¡Y listo! Ya tienes tu pudin de vainilla terminado. Cuando estén fríos y bien cuajados, ya puedes servirlos y comerlos. Como ves, es una receta muy sencilla y deliciosa, anímate a prepararla y sorprende a los más pequeños de la casa. Si lo deseas, puedes decorarlos por encima añadiendo algunas virutas de colores o, incluso, sirope de chocolate o fresa.

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